jueves, 1 de noviembre de 2007

Los culpables


Extracto de un diálogo entre el extraordinario House-Holmes y su fiel e irónico amigo Wilson-Watson:

House: ¿Sabes por qué hay lacitos para el cáncer de mama, para el de colon o el de próstata, pero no para el de pulmón?
Wilson: ¿Porque se quedaron sin colores?
House: Porque la gente culpa a los enfermos de cáncer de pulmón. Fuman, la han liado, merecen morir. La causa de su muerte es que son culpables.

¡Qué verdad tan grande, House! Estoy totalmente de acuerdo. Así es cómo la gente canaliza sus sentimientos de compasión, y con ello su ayuda y hasta su recuerdo.

Los fumadores son culpables, son malos. No se merecen ni siquiera un lacito de solidaridad. Imagino que a ese tanto por ciento de personas que sufren de este cáncer pero que jamás han fumado ni un pitillo se les debe consideran como daños colaterales.

Malos y buenos. Culpables e inocentes. Así de simple es la manera de enfocar nuestra caridad hacia la gente.

Lo mismo pasa con los presos. Son culpables, son malos y por tanto no hay nadie que se preocupe por ellos. Existen ONGs , coordinadoras, agrupaciones y asociaciones para casi todo. Creo que hasta hay una asociación para la defensa de la dignidad de la Chinchilla. Pero nadie se agrupa para velar por los derechos de los presos.

Da igual si para comunicarse una hora a la semana con sus allegados (en esa minúscula cabina con un telefonillo y gruesos cristales separadores) no funcionen la mayoría de los telefonillos y ni siquiera puedan decirles a sus hijos que los quieren. Da igual si nadie les avisa de los cambios. Da igual que si se decide que se le va a trasladar a quinientos kilómetros como si fuera un animal que te sobra, nadie sea capaz de avisarlo con un cierto tiempo para que se vaya haciendo a la idea o pueda comunicarlo a su familia. Cuando lleguen las once de la noche lo sacarán de su cama, le dirán: ”Recoge, que te marchas”; y ante el asombro de los compañeros que seguramente serán los únicos que aún siendo extraños le habrán tomado aprecio se tendrá que marchar sin saber dónde ni por qué. Porque si pregunta, no le contestarán; si pide que le dejen llamar, no lo dejarán. Y el preso, esté condenado por asesinato, desfalco o por robar una gallina, saldrá esposado a media noche con una tristeza inmensa hacia un futuro incierto.

Pero nadie tendrá compasión por ellos. Son culpables. Y los son aunque aquí también las estadísticas digan que hay un pequeño porcentaje de personas que son condenadas injustamente. Imagino nuevamente que son considerados también como daños colaterales.
Y más te vale que te sumes a esta tesis de buenos y malos. No se te ocurra contar injusticias sobre los malos, porque contemplarás cómo pronto se cambia de tema; a otro que ataña a los buenos, como por ejemplo el terrible estado en que se encuentran las butacas de los palcos del Teatro Principal.

Así que… ¡Fumadores, presos y otros malos del mundo: abandonad toda esperanza! Porque, al fin y al cabo, es mucho más merecedora de nuestra compasión una chinchilla.

3 comentarios:

Anonymous dijo...

El problema, que planteas bien, es que la presunción de la maldad ajena parece eximir de culpa al ofensor: por eso triunfan los juegos de matar monstruos, zombis o vampiros; por eso se persigue (ilegalmente) a los pederastas; por eso no suena educado elogiar a Hitler o a Stalin; por eso... la violencia doméstica. Claro que para esto sí hay discriminación positiva, aunque se dé por una mera cuestión estadística y, sobre todo, porque... ¡las mujeres no son culpables en sí mismas! Pero... ¿sorprende colegir que los presos tampoco lo son, en sí mismos? Sólo fueron culpables en el exacto momento en que fueron condenados por un juez, y enseguida, automáticamente pasaron a su fase de purgación y redención; casi como todos somos culpables un nano-segundo, en el instante del alumbramiento, merced al pecado original :)

Erne dijo...

la justicia , no será una forma de venganza ?

El castigo que impone el juez no es un acto de venganza?

La venganza personal no será una forma de decir " no te tengo miedo?

¿Por qué jamás nos vengamos de los seres que amamos?

Quizás todo esto no viene a cuento aquí pero tampoco entiendo a Ricardo


¿ Qué es eso del pecado original?

¿Por qué las mujeres no son culpables en si mismas?

Devis no te lies!

Te encanta marear.

Loth dijo...

Seguro que tú fumas.
Espero que si cometes el delito, sea porque es vital para tu supervivencia xD