viernes, 20 de junio de 2008

Para el Sr. Fiscal



Cuando en mi blog “Hace frío en Siberia” descubrí por pura casualidad que misteriosamente tenía cliqueada la opción “moderar comentarios”, cosa que como en ese post ya expliqué en su día nunca hice, ni haré, yo le eché la culpa al blog. De hecho lo dejé castigado un rato en su cuarto para que meditara sobre lo que había hecho.

Pero hoy, a raíz de lo que me ha sucedido en el Messenger, recuerdo lo que hace unos meses me ocurrió en el Outlook que paso a relatar:

Un viernes, en los que como siempre abro la carpeta de “elementos eliminados” para borrarlos definitivamente después de una breve ojeada –sí, ya sé que mucha gente no lo hace, pero yo todos los viernes, como si de una limpieza general se tratara, los elimino, al igual que vacío la papelera de reciclaje–, me encuentro con que aparte de los mails efectivamente eliminados esa semana por mi dedo dando a la tecla “Sup”, se encuentran allí agolpados unos treinta correos que desde luego yo no había ni tocado.

Si todos hubiesen sido de la misma carpeta yo me hubiera echado las culpas a mí misma por haberlos suprimido sin darme cuenta. Pero no, la cosa era mucho más enrevesada, ya que allí se encontraban correos de Glò, de Raúl, de Ritchie, de la asesoría y de ReDz, y como yo soy tan organizada y ordenada a cada uno lo tengo en su carpeta respectiva. Así que era imposible que hubiera eliminado tantas carpetas sin darme cuenta. Y aun así entré en cada una de ellas para encontrarme con que encima no todos los correos se habían eliminado. Ni siquiera se habían eliminado por orden ni de fecha ni de nada. No, aquello era imposible que lo hubiera hecho yo sin darme cuenta. ¡Por Dios! ¿Treinta y pico mails borrados al azar de distintas carpetas y distintas fechas? Vamos, hombre. La única explicación que encontré es que por alguna razón misteriosa hubieran decidido suicidarse, y así se lo hice saber a unos cuantos amigos. Quizás entró en mi Outlook algún líder de una secta maléfica y suicida que convenció a unos cuantos correos incautos e inocentes de que si se suicidaban irían a un planeta lejano donde unos extraterrestres verdes y bajitos pero majísimos los leerían cada día.

Así que le eché la culpa al Outlook y me dediqué durante un rato largo a devolver a cada uno de dichos correos a su correspondiente carpeta.

Pero hoy me encuentro en la bandeja de entrada un correo de un amigo que me pregunta por qué lo he borrado del Messenger. Yo, extrañada, pero ya curada de espanto, abro el Messenger y compruebo tal y como pensaba que sigue allí; eso sí, aparece como desconectado, cosa rara en él.

Aparte de apresurarme a contestarle que yo no hice tal cosa y a mandarle el mensaje “Hola” a través del Messenger que veo no contesta, me pongo a mirar con atención todas las opciones del Messenger, ya que debo confesar que es un medio por el que me comunico muy poco y que por tanto nunca le he prestado mucha atención.

Lo primero que hago es pinchar en “Ayuda”, pero allí no encuentro nada sobre lo que busco –como pasa siempre en las “Ayudas”–. Luego le doy a editar contacto –el de mi amigo, claro–, pero no encuentro nada anormal. Así y todo, y consciente de lo poco que sé sobre semejante medio de comunicación, abro el contacto de Gonzalo, y si abro ése precisamente es porque es el único que me aparece en la lista como conectado, cosa que ya me parece un poco rara. Pero lo único diferente que encuentro es que en su ficha no está marcada la opción “subscribirse a las actualizaciones para este contacto”, y aunque me parece una auténtica chorrada –si al menos hubiese sido al revés, todavía, pero no– vuelvo a abrir la ficha de mi amigo y borro la opción para que quede exactamente igual. Luego miro la lista y nada claro, sigue en “No conectados”: efectivamente era una chorrada.

Intento pensar y no ponerme muy nerviosa hasta que decido abrir las fichas de algunos de los que aparecen como no conectados. Sí, otra chorrada. Todos están exactamente igual.

Me dan ganas entonces de escribirle a mi amigo y decirle: “¿No serás tú el que está desconectado, so bobo?”, pero él parece entender mucho más que yo. Bueno, con el Messenger todo el mundo debe entender más que yo, así que me reprimo y paso a probar otra cosa. Esta vez lo que hago es eliminarlo de verdad de mis contactos y rápidamente agregarlo de nuevo. No pasa nada de nada. Mis “hola” caen en saco vacío.

“Me rindo”, me digo a mí misma, y me pongo a trabajar, que ya es hora, hasta que se me ocurre acudir al viejo truco de los informáticos: apagar y encender.

Sí, esta función tan aparentemente tonta funcionó. ¿Por qué? Ni idea. A mí que me registren.

Sólo sé desde hoy que no tienen ninguna culpa ni mi Outlook, ni mi blog, ni mi Messenger. Es mi ordenador que por alguna razón me ha tomado manía. Yo creo que me odia.

Así que quiero dejar un claro mensaje:

Si algún día desaparezco el culpable será mi ordenador, que habrá decidido suprimirme a mí.

Que el fiscal vaya a por él.

12 comentarios:

raindrop dijo...

los electroduendes atacan de nuevo
(bueno, "de nuevo" no, que nunca han dejado de atacar :D)

salir y volver a entrar... aiss... si se pudiera hacer con la vida... pero una vez que sales, no sé, no sé

besos

Republica dijo...

¿Te he contado yo, que sigo recuperando archivos de 400 Gb. sólo tengo 39 Gb?...Más que electroduendes, me cago en el silicio de los componentes, que empiezan a padecer lupus, alzeimer y otras cositas propias de los humanos...

Consol dijo...

Raindrop:Ay sí, que se pueda hacer con la vida, por fa. Quiero salir y volver a entrar a ver si así funciona algo XDD

República: Ay mi República cuánto te echo de menos. Pero ahora, al volver a casa y ver que estás ahí, ala, ja en tens ahí plorant. Porque ya daría yo porque algunos humanos fueran como mi ordenador y sólo me dieran disgustos de vez en cuando y encima pudiera recuperarlos, aunque sólo fueran 39 Gb, pero no, ni uno. Y aparte ¿de verdad sólo tienes 39 Gb, yo creía que hacía tiempo que lo tendrías solucionado. La leche.

Xiketä dijo...

Uyyyy, Siberia....yo siempre he dicho que los ordenadores son "máquinas infernales", jajajaja!!!!
Qué cosas más raras pasan a veces, yo también he vivido cosillas de éstas....joooo.
Yo para mi, que están poseidos por espíritus burlones, y nos llevan de calle!!!!
Nada, espero que se solucionen tus cosas "raras".;D
Besos

Consol dijo...

Xiketä: Sí, sí, son infernales. A mí me llevan loca. Cuando les pregunté a los informáticos sobre el suicidio de mis correos no supieron contestar. Se rieron y punto. Igual que tampoco tienen ni idea de por que "Apagar y encender" a veces soluciona cosas que de otro modo ni pa Dios.

Yuria dijo...

¡Ay, amiga! qué suerte he tenido de que vayas a mi blog. En el tuyo me he encontrado muy buena onda,así al mismo entrar.
De modo que te hago un link y ya no te dejo escapar.

Cuidado con los suicidios de tus correos, que no queremos ir de entierro. :)
Abrazo.

Consol dijo...

Yuria: Muchas gracias por tus palabras, tan alegres y llenas de entusiamo. Yo tampoco te voy a dejar escapar a ti

La Xiqueta dijo...

Oye que digo yo, te ha suprimido ya el pc o que?
Porque ya llevas tiempo sin publicar nada, o acaso sigues admitiendo y desadmitiendo gente de tu messenger a ver si te hace caso jajajaja

Haz el favor de dejar de reiniciar el ordenador y escribir algo!!!

Consol dijo...

La xiqueta: Pues no, el PC no ne ha elimindado todavía, pero algunos humanos, aunque no lo digan, lo intentan, ya te digo XD

Intentaré escribir pronto, sólo por ti.

La Xiqueta dijo...

Los humanos es que son pesados hasta decir basta
Yo por eso prefiero los robots, que son mucho más inteligentes
-.....

Y la entrada?

Heliodoro dijo...

Amenázalo, a lo mejor no va con palabras amables...

Un abrazo.

Consol dijo...

Heliodoro: No te lo vas a creeer pero hoy no me funciona la tecla "control". ¿Y tú quieres qué lo amenace? Por Dios si me da miedo. XDD