Hace algún tiempo una persona que necesita ayuda y yo con agrado se la ofrecí me escribió en una tarjeta pegada a un bello ramo de flores que es en las malas épocas cuando encuentras a los verdaderos amigos. ¡Cuánta razón tenía!
Porque justo cuanto más necesito de la gente que hasta ahora tenía a mi alrededor, justo es cuando están desapareciendo todos como por ensalmo.
Algunos al menos me dan excusas, tontas, pero excusas, pero la mayoría ni eso. Se han limitado a pasar de mí olímpicamente. Ni siquiera me cogen el teléfono, ni me contestan a los mensajes que he ido dejando, ni me devuelven las llamadas. Ni siquiera responden a mis cartas o mis mails. Se esfumaron.
Igual en estos últimos meses se ha ido creando un paraíso del que nadie me habló al que se están marchando todos ellos y juntitos. Igual allí están disfrutando de bellos nenúfares, casitas hermosas y grandes lagos. Y claro, como allí no hay ni teléfono, ni internet, ni correos, pues no se pueden comunicar conmigo ni siquiera para darme ánimos o saludarme. Porque ofrecerme ayuda, desde su edén de tan agradable estancia los pobrecitos no me la pueden dar aunque seguro que les gustaría y se sienten muy apenados por no poder proporcionarme nada de nada.
Aunque esto del paraíso me resulta un poco raro dado que me voy enterando de cosillas que me hacen sospechar que al menos de vez en cuando sí salen de ese vergel donde igual hasta llegan al nirvana.
Así que como sé muy bien que sí podrían comunicarse conmigo en esos días de descanso de su cielo, también sé que no son amigos aquellos que tanto presumían de ello. Fue todo palabrería e interés.
Supongo que no es lo mismo pedir y que te proporcionen lo demandado que al revés.
He llegado a la conclusión de que es sólo una cuestión de egoísmo. Ahora que ya tienen todo lo que necesitaron de mí y nada más pueden obtener: adiós muy buenas y si te he visto no me acuerdo.
Sí, en las malas épocas es cuando se encuentran a los verdaderos amigos. Y a ellos y solamente a ellos los he de cuidar y querer para siempre.
7 comentarios:
Qué duro es esto de la amistad...
Cuántos y qué duros son los palos que la gente da por ahí a diestro y siniestro...
Y cuánto nos queda por aprender a nosotr@s, los confiados, los que ofrecemos más que pedimos...
Pero aunque creo que de éstos palos se aprende, tambien creo que nunca lo suficiente, porque a veces sabes que van a volver a hacértelo y sin embargo, no puedes evitar ofrecer lo mejor de ti a esas personas.
Será que somos así???
Ánimo porque la gente que no sabe disfrutar de ti, seguro que ni tan siquiera disfruta de si misma.
Besos
Para que veas Xiketä, aquí estás tú. Y estás porque tienes un corazón más grande que toda Valencia entera. Porque tú si mereces la pena. Porque eres una persona muy especial. De esas que la gente que tenga la suerte de tenerte como amiga debería hacer cualquier cosa por cuidarte.
Y si me he llevado muchos palos, también cuando me encuentro con tus comentarios se que todavía queda gente que merece la pena.
Un super-mega-beso
lo mas lindo es cuando uno tiene esos amigos a los que no hace falta decirle nada, que solitos entienden, para mí, esos son verdaderos amigos.
salñudos
Dulce carolain: Gracias por pasarte por aquí y dejar tu comentario. La verdad es que amigos de verdad son precisamente esos que me dices. Pero qué pocos, poquísmos hay.
Ah,me has dejado alucinada con tu larguísmo nombre. Y encima no sé exáctamente que quiere decir "aregando a la chilada" supongo que será una frase hecha de tu país. Espero que un día me lo expiques.
Pues te has quitado unos cuántos lastres, así te pudes centrar en los que verdaderamente merecen la pena.
La vida da muchas vueltas y todo el mundo tiene lo que se merece y no hablo de oídas precisamente, je, jeje (risa malévola).
Besosss.
Luna: Creo que tienes razón, la vida da muchas vueltas y si ahora estoy en tiempos malos ya llegarán los buenos y cuando pase sabré verdaderamente quien son mis amigos y a ellos únicamente ayudaré.
Gracias Luna por pasar
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