miércoles, 17 de septiembre de 2008

Gracias amigo


Y todo porque le dije a mi extraordinario amigo – lástima que no pueda usar el calificativo “boludo” porque siempre me sonó bien mientras no sabía su significado, pero ahora que ya lo sé, mira por dónde no lo puedo usar porque él precisamente una persona con pocas luces no es - que leía sus posts tomando café.

Me contestó que la mejor bebida – la que llega al alma creo que dijo, o algo todavía más bello - sin duda era el mate. Y yo, aunque no creí tal cosa - ¿Qué puede haber mejor que el café? – al no haber probado en mi vida tal bebida y considerando que él sí había gustado el café – no puede ser que haya gente que no haya tomado ni un solo café en la vida -, me comprometí a degustarlo. Además, si de verdad era algo tan especial como él contaba era algo que debía experimentar. Bastantes cosas pierde uno ya en la vida porque es imposible alcanzarlas.

Lo primero fue encontrar el mate. En ninguna de las tiendas ni supermercados de alrededor de casa lo tenían, es más en la mayoría no sabían ni de qué les hablaba.

Al final pude encontrarlo en el Corte Inglés que como siempre suele tenerlo casi todo. Por desgracia las tres marcas que tenían eran de un kilo. Me imaginé a mi misma tomando durante años tazas y tazas de mate y relegando mi café Nespresso - sí, ahora tengo ése, los he probado todos -en la despensa como si estuviera castigado el pobre.

Pero no había más, o un kilo o nada. Compré el kilo.

Pregunté a un amigo de aquí de esos que uno ve y oye y hasta puede tocar, pero de los que tan poquitos tengo, al que un día, hace años, había oído decir que de jovencito él y sus amigos tomaban una hierba rara - la verdad es que no recordaba el nombre pero por si acaso – si sabía cómo se hacía el mate, y él sin dudarlo me contestó que al igual que cualquier infusión: agua hirviendo o a punto de hervir, se tira la hierba y luego colar y ya está.

Eso hice. Y con mi primer mate en mi tazón rojo tan chulo y después de echarle hielo como aquí en verano solemos hacer con el café, le escribí le escribí a mi “no boludo” - lo siento pero me encanta el vocablo, tenía que meterlo como fuera - amigo que ya estaba tomando mi mate con hielo. Bueno, la que se armó: “¿En una taza?” ¿Con hielo? ¿Es que fuera de Argentina nadie sabe hacer mate?" Un poco más y le pido disculpas en nombre de toda España, del resto de Europa y de unos cuantos países africanos.

Así que me limité a que me diera él las instrucciones. Cosa que hizo con agrado y tan meticulosamente que hasta me mando una foto de su propio mate. La verdad es que mi amigo es un verdadero ángel y confieso que me siento muy afortunada de que se haya prestado a esta amistad a distancia.

Lo que tuve que pelear desde entonces. El cacharro, que encima lleva el mismo nombre que la yerba, no lo encontraba en parte alguna. Ni Corte Inglés ni nada. Y no digamos cuando pedía una bombilla en el departamento de enseres de cocina, me miraban raro y me enviaban al departamento de bricolaje o a una tienda de electricidad.

Qué no, que no, decía yo, que es un cacharro con dos asas y la bombilla es una especie de pajita para sorber. Me miraban más raro todavía.

Otra vez, ojeando en una tienda virtual de internet, creí encontrar por fin el mate y me apresuré a solicitarlo. Al cabo de dos días llegó a casa. Era otro kilo de yerba mate.

Total que no conseguía nada. Mi amigo tenía razón al menos para España. Nadie sabe hacer un mate.

Días más tardes notifiqué mi fracaso escribiéndolo en un comentario que dejé en uno de sus blogs y al poco tiempo un comentarista anónimo de mi amigo me contestó que podía servirse de otra manera, concretamente, como diría Bart, y cito textualmente:“ Siberia un consejo (si te interesa), proba consiguiendo un jugoso pomelo rosado, hacele un ahujero en una de sus partes (superior o inferior), hacele un hueco, dejandole algo de pulpa, llenalo de yerba, colocale la bombilla, cargalo de agua calientita y wala.....queda rico!” al que por supuesto contesté agradecida después de sobrevenirme a la perplejidad con que me quedé ante la sorpresa de un pomelo. Y aunque era cierto y desde luego un pomelo se puede conseguir fácilmente, a mí me seducía la idea de que al menos las primeras veces que lo tomara fuera algo totalmente auténtico. Además aunque comprara el pomelo, ¿de dónde sacaba la bombilla? Estaba en las mismas.

Pero yo que para tantas otras cosas desisto a la primera, en esto no me desanimé y seguí preguntando por todas partes con mi consabida explicación del cacharrito de metal o barro con un asa o dos y el palito para sorber. Bueno, hasta imprimí la foto.

Y todo esto demuestra….nada. No demuestra nada porque si es verdad que al final conseguí lo pretendido, lo más valioso para mí, lo más importante y trascendental para mi vida, por mucho que luché, perseveré y perseguí, no lo pude obtener. Si ya desistí, es porque no hay absolutamente nada más que pueda hacer.

Pero eso sí, este post está escrito después de haber saboreado una bebida muy especial, no sólo por su excelente sabor, sino por esa manera tan especial de tomarlo, como un ritual.

Sí, reconozco que me ha gustado su sabor, me ha encantado la experiencia y que más veces lo he de tomar – y no sólo porque tenga dos kilos -

Amigo mío la próxima vez que me imprima su post para leerlo apaciblemente desde mi cómodo sofá encarnado o si ya es noche desde mi blanquita cama, en vez de acompañarlo con un café, lo haré por fin con un buen mate.

Mi más tierno beso esta tarde es para usted.


Dedicado a un tal Aon.

17 comentarios:

Erne dijo...

Niña, tu hija me trajo mate cuando fue a Argentina y también me trajo la " matera" para hacerlo. No te creas nada, donde esté un buen café....

Que sabrán los argentinos1


Martín, le apetece una tacita de café?

xd

ADALBERTO dijo...

Siberia, es admirable tu dedicación para lograr tomar un rico "mate" que, aquí, tiene muchos "fanáticos" que lo degustamos varias veces al día.

Con todo afecto. Adal.

ADALBERTO dijo...

Perdón, Siberia, no es mi costumbre dialogar en los blogs amigos, si me permites la licencia, querría decirle a Blanca que reunirse para tomar un café, aquí es también motivo para charlar e iniciar, a veces, por qué no decirlo, algún romance...

Además, amo y extraño, las tertulias madrileñas en esos cafés tan acogedores que alguna vez frecuenté.

Con todo afecto. Adal.

Martín Aon dijo...

Siberia, gracias por la dedicación y la dedicatoria.

Con respecto a la cantidad de yerba, para que tenga una idea, yo uso un kilo por semana y a veces más también. Eso es tomar mate... joder!

Blanca: le agradezco, pero prefiero el mate, que es una bebida espiritual.
(qué sabrán los españoles)

Siberia otra vez: GRACIAS.

Consol dijo...

Blanca si por mi fuera ahora mismo te daba un cafetito pero una cucharada de arsénico dentro. ¿Es qué no tienes bastante metiéndote con la gente en tu propio blog? ¿También tienes que hacerlo en el mío?

¿No ves que me los vas a espantar so bruta?

Nada que no puede una hacer un blog dulcecito siempre hay alguien que te lo estrepea. XD

Adal A mí me ha encantado la experiencia. Creo que lo de ir sorbiendo poco a poco es un auténtico placer.

Y no se preocupe puede dialogar en mi blog todo lo que quiera. Aunque le aviso que Blanca dice todo lo que se le pasa por la cabeza

Un abrazo

Martin en todo caso debo ser yo la que le agradezca que me haya enseñado tanto, que ahora por fin sepa del mate, que me deje ser su amiga, que me haya dado tantas alegrías con sus escritos, que haya convertido tantas veces mis lágrimas en sonrisas. Soy yo la que siempre le estará agradecida.

Como mi más tierno beso ya se lo di, tendrá que conformarse ahora con un abrazo.

Vivius dijo...

Siberia, poné la pava que me prendo con unos mates! qué ricoooo y eso que me apasiona el café, pero el mate es para compartir o para tomarlo solo, el mate para mí es especial, para mientras tomo y me cebo, pensar y reflexionar...
Un beso matero!

El Gaucho Santillán dijo...

Es para cada momento Siberia.

A la mañana, con un cigarrillo, nada le gana al cafè.

Pero para pasar una velada frìa, en el laboratorio, el mate es inigualable.

Saludos

Anita la bibliotecaria dijo...

ajajja.....Sabia q era para Aon este post!


El q te dijo lo del Pomelo....guakala! :P q asquito.

Q rico el mate! en reunion de amigos/as nunca falta. Es compañero de noches de estudio, tardes solitarias...es lo más el mate.
Ojo q tambien me gusta el café ( uy q rico un café con bailyes), pero al mate no le gana nadie!!!

El Samurai ( mi marido) tiene una colección de mates en un mueble, lugar donde vayamos a pasear se compra uno, hasta tiene uno de pezuña de toro, esta muy bueno! hay de todos los tamaños, materiales y colores.

Me alegro muchisimo q hayas probado el mate y te haya gustado.

Santiago Maisonnave dijo...

Siberia, estoy seguro de que en Alicante podrá encontrar un mate adecuado a sus intenciones. ¡Alicante está llena de argentinos! Pruebe en casas de productos dietéticos, y esas cosas. Otra idea: pruebe en la Casa de las Américas de Alicante (cuya dirección ignoro); clavado que ahí consigue.
Y lo del agua: por favor, hirviendo nunca. Nada más feo que mate hervido, y encima se lava rapidísimo. El punto es antes de hervir, cuando el agua se empieza a poner blanquita.
Blanca, los argentinos lo sabemos todo, todo... ¿no se enteró que Dios es argentino? Si hasta cuentan que un día le hizo a los ingleses un gol con la mano...
(Tiro la bomba y me voy). Abrazo.

Consol dijo...

Trescaidas se equivoca,en la tienda de dietética que tengo cerquita ya pregunté y nada. Y Alicante puede que esté llena de argentinos - para mi desdicha no conzco ninguno, con lo encantadores que son ustedes - pero el mate ya le digo yo que les costará encontrar. Y lo del agua blanquita, eso ya lo aprendí, hoy me he hecho otro mate a mediodía y así exáctamente lo hice.

Abrazos para usted

Erne dijo...

Vale me habeis convencido, paa pasar las veladas el mate.

El mate me recuerda a los personajes de los libros de Cortazar.

Sobre todo a Rayuela.
Oh dios, ahora mismo me iba a una velada de aquellas a escuchar jazz, tomar mate y ligar.

Ligar a la luz de las velas en Paris con una pandilla de argentinos ...
y con ese acento tan dulce que teneis...
xd
que se me va el santo al cielo.

Consol dijo...

Ostras ¿cómo se me pasaron ustedes ? Lo siento, me doy cuenta ahora, lo prometo. Ahora mismo contesto si me dejan.

Vivi Creo que tienes razón el café está muy bueno, pero nada tiene que ver con el mate. Creo que cada momento tiene lo suyo.
Un super-abrazo

Gaucho Yo que siempre tomaba café y a todas horas, he descubierto que ciertos momentos, pueden ser encantadores sorbiendo un poco de mate.
Un saludo

Anita Eres un sol, me encanta haberte conocido. Y me intriga y me agrada que tu marido sea para ti el Samurai

Besos preciosa

Alejo Salem dijo...

Siberia, no desistas, ya va a aparecer una bombilla.

Sé que no van a faltar voces en contra, pero para el verano, y al sol, me gusta el tereré.
Se puede hacer en un pomelo, o en un mate grande. Le podés poner hielo junto con la yerba y cebarlo con agua bien fría. Y bastante azúcar. También hay quién le agrega con jugo de limón.


Besos.

Gaviota dijo...

Muy buena dedicación

Consol dijo...

Alejo: ¿Así que un tereré? Me gusta la idea. Espere que ahora voy a ponerme a mi mate - sí estaba tomando uno - el hielo y el azúcar; pomelo no tengo, pero compro fijo para probarlo de todas las formas argentinas.

Ya he vuelto. Ahora está dulce y fresquito. Me encanta. ¡Pero que está mucho mejor con azúcar! ¿Por qué nadie me comentó lo del azúcar?

¡Lo que estoy aprendiendo!

Besos

Gaviota: ¿A qué sí?

Un beso

Xiketä dijo...

Fui a Argentina hace dos años, alli, entre otras muchas cosas, conocí la tradición del mate...me llamó mucho la atención por lo que tú dices: es como un ritual.
Por supuesto, compré uno para cada amigo, con su correspondiente bolsita de hierba..jeje
Es un buen post.
Besos

Consol dijo...

Xiketä ¿Qué, recuperada ya del concierto? Pues después del strees igual un ritual de mate tranquilito no vendría mal.

Gracias por entrar preciosa