martes, 8 de abril de 2008

Cómo jugar al juego de las sillas


”El ser un poco duro de oído no puede ser desencadenante de nada importante, salvo si juegas al juego de las sillas”.

Yo siempre perdía al juego de las sillas y no porque fuera dura de oído. Al revés diría yo. Me entusiasmaba demasiado con la música, y claro, perdía, perdía siempre. Quizás por eso cuando mi hijo en la guardería el día de la fiesta de fin de curso no ganó en el juego de las sillas a mí me dio más rabia que a él. Lo disimulé, le dije que había jugado muy bien y que poco faltó para ganar, pero me hubiera comido al sabiondo que le quitó la silla en el último segundo relegando a mi hijo al tercer puesto.

Y es que hay que ser un poco listillo y no dejarse envolver por la música, por muy pegadiza o atractiva que sea. Hay que tener los sentidos bien alerta, pues en cualquier momento el maestro de ceremonia, el profesor, el regente, el que mueve los hilos a su antojo puede detener la música y tú verte de pronto de pie sin ninguna silla libre que ocupar, mientras todos sentados miran prepotentes cómo te has quedado sola, fuera del juego, apartada ya para siempre como la fracasada que eres.

Otro juego perdido, y sólo por pensar que todos jugarían como tú, disfrutando, corriendo, saltando y sin pensar que en cualquier momento, sin previo aviso y a traición, la música puede cesar de golpe.

6 comentarios:

Republica dijo...

Joder nena, tu crees en Dios...el de la música siempre es el que manda...pero siempre puedes crear tu propia banda sonora en un sofá.
;)
Y yo creía ques estabas mejor...

Consol dijo...

En ello estoy.

Erne dijo...

Cuando los lea todos opinaré. De momento me falta el de Bufón.

República es muy inteligente. Sabe que contar una historia es contartse a si mismo.

Erne dijo...

Tú no eres una fracasada eres una inocente que te crees todo lo que te dicen.

Solo te falta espabilarte un poco y dejar que el aire fluya a tu alrededor.

Y recuerda , todo lo que te enseñaron es mentira, los que lo sabían viven felices y no tienen ningún sentimiento de culpa.

Y les doy la razón. La vida no es un cúmulo de obligaciones, ni de autosacrificios .No es un Valle de lágrimas. Es una gilipollez inmolarse en nombre de ningún dios.
La vida no tiene otro sentido que vivirla.
Ni otra obligación que la de intentar ser feliz.
Lo demás son cuentos.

y tú te los creiste.

Suelta amarras.

Consol dijo...

Yo me lo creo todo. Hasta cuando me han dado por todos lados, me sonríen y vuelvo a creer lo que prometí no creer más. Es increible. Me llevo palo, tras palo. No aprendo. No aprendo

Republica dijo...

Hoy es un día especial en la vida de un ser que se merece un post especial...Ritxie...el dulce...el sonriente...besos todos.